Frida Victoria Sotelo Ruiz
Actualización: julio 202
¨Soy diferente, no inferior¨
(Temple Grandin)
La dispraxia, también conocido como trastorno del desarrollo de la coordinación (TDC) es un trastorno neurológico de planificación motora que se define como una disfunción cerebral que dificulta la organización de las sensaciones (táctiles, vestibulares y propioceptivas, entre otras) e interfiere en el desarrollo de una correcta planeación motora, tanto a nivel de la motricidad fina como de la global, manifestando probablemente dificultades en las actividades de la vida diaria, tales como la escritura y el juego.
¨Dispraxia es definida como la dificultad en la planeación y seguimiento de acciones motoras no habituales en la secuencia correcta. El problema primario no es la ejecución motora, sino que el problema es hipotetizado a la dificultad de formular el plan de acción. La praxis incluye tanto conocer la acción como saber cómo realizarla. ¨ (Ayres 1972a, 1979, 1985, 1989 in Fisher, Murray y Bundy, “Sensory Integration: Theory and Practice”, 1991, F.A. Davis Company, p. 141)
Un estudio realizado por la Asociación Americana de Pediatría afirma, que entre el 5-6% de los niños presenta dispraxia, lo que implica, que al menos un niño por aula presenta síntomas. Estos porcentajes se ven aumentados en el caso de los niños con TDAH, se estima que un 50% de los niños con TDAH padecen dispraxia.
Referente al sexo de los niños se estima que por cada niña que presenta Dispraxia existen dos niños que presentan la dificultad.
La praxis definida desde la perspectiva de terapia ocupacional incluye 3 componentes:
Ideación: Es la habilidad para comprender una idea que permita una interacción propositiva con el ambiente. Esto involucra el conocimiento de que hacer con un objeto y ser capaz de anticipar una acción.
Planeación: Es la habilidad de planear y estructurar una respuesta adaptativa y propositiva que involucre los sistemas motores y sensoriales. Además, incluye el conocimiento de cómo realizar el movimiento y ser capaz de enviar el mensaje correcto del cerebro a los músculos adecuados y áreas del sistema sensorial con el objetivo de realizar los movimientos.
Ejecución: Llevar a cabo el movimiento, y poner el plan en acción.
La contribución de las sensaciones del tacto, propiocepción y sistema vestibular, son necesarias para una correcta percepción corporal y planificación motriz por lo que un mal procesamiento a estos niveles puede repercutir negativamente en el desarrollo de una correcta praxis y en el desarrollo de aprendizajes.
El aprendizaje académico depende de la organización de una gran cantidad de datos sensoriales, y como queda reflejado en el gráfico hay procesos de aprendizaje que requieren de una adquisición previa de destrezas. La lectura, la escritura y la aritmética son tres procesos altamente complejos que solo pueden desarrollarse con éxito a partir de una base sólida de integración sensorial.
Existe dos fases en el aprendizaje de un gesto:
Una fase intencional, donde el sujeto ejerce un control voluntario en el conjunto del proceso de las regulaciones necesarias.
Una fase de automatización donde el sistema consolida los programas recientemente elaborados para después ejecutarlo con el menor coste de atención.
Una percepción corporal con déficits en su organización puede interferir en la capacidad para escribir, colorear, dibujar y puede causar que el niño se sienta torpe y desorientado al momento de jugar y en ocasiones problemas de aprendizaje, aunque se puede ser dispráxico y aprender cosas, aunque sea siempre más difícil que para los demás.
Toda actividad en la escuela y en la rutina de los niños y niñas están precedidas de una buena actividad psicomotriz. Mediante el movimiento iniciamos la exploración del medio necesaria para el conocimiento y para desarrollar aprendizajes. Si no partimos de una buena praxis el desarrollo de las ocupaciones de un niño se ve afectado.
Se puede esperar que las praxias sean funcionales en el conjunto de las actividades de la vida diaria y escolar más o menos a los 11 años. Los niños con dispraxia no alcanzan la fase de automatización, ejercen siempre un control voluntario extremadamente costoso que les conlleva una fatiga que no siempre es reconocida.
El ámbito escolar es otra ocupación de los más pequeños y para ir superando con éxito las competencias escolares es necesario tener adquiridas ciertas destrezas y habilidades, y tener una correcta integración sensorial.
Tipos de dispraxia:
Ideomotora: Desconexión entre el pensamiento y la acción. La principal dificultad se encuentra de en el seguimiento de la cadena de movimientos necesarios para llevar a cabo una acción sencilla. La dificultad se da únicamente a nivel motor, pudiendo el sujeto realizar la acción correctamente en la imaginación. A menudo la dificultad se vincula a la utilización de un instrumento u objeto.
Dispraxia ideacional: El problema no es únicamente a nivel motor, sino que el sujeto presenta dificultades para planificar a nivel de idea la secuencia de movimientos necesarios para realizar una acción concreta.
Constructiva: Se trata de la dificultad para entender las relaciones espaciales y actuar conforme a ellas. Por ejemplo, un niño con este problema tendrá problemas para realizar una copia de una imagen o a la hora de organizarse.
Oromotora o apraxia verbal: En este tipo de dispraxia el sujeto presenta dificultades en la coordinación de los movimientos necesarios para comunicarse oralmente, a pesar de saber qué quiere decir. Se dificulta producir sonidos inteligibles.
La dispraxia se puede manifestar de maneras muy varias y es necesario detectarlas lo más pronto posible; algunas de estas manifestaciones son:
Signos de torpeza motriz y dificultades en la motricidad gruesa.
Evitación a la hora de participar en deportes y actividades físicas.
Sensación de cansancio continúo.
Lentitud en el aprendizaje de actividades cotidianas y escolares (atarse los cordones, vestirse, escribir letras, atrapar pelotas, uso de tijeras, caligrafía)
Dificultades para ordenar su cuarto o su mesa de trabajo.
Tendencia a sufrir accidentes.
Problemas en la manipulación de lápices al dibujar y pintar.
Cometen errores al momento de ejecutar una acción.
Confundir letras.
Organizar mal los espacios entre palabras.
Resuelven problemas siempre con un mismo patrón de ejecución y tienen dificultades para proponer nuevas formas de jugar.
Suelen mirar y copiar cuando juegan sus compañeros.
Un error frecuente es el de confundir la dispraxia con dificultades de co-cordinación y es por ello que importante identificar cada una de estas.
Dificultades de co-coordinacion
Dificultades con actividades bilaterales.
Balance pobre.
Dispraxia
Planeamiento de movimientos pobre.
Secuencia de movimientos pobre.
Organización pobre de si mismo en el ambiente.
Terapia ocupacional
Los objetivos en el tratamiento de usuarios con dispraxia en el área de terapia ocupacional son los siguientes:
Favorecer la autonomía en los gestos diarios utilizando técnicas particulares de aprendizaje o poniendo en marcha medios de compensación.
Abordar nuevas estrategias fiables particularmente en el tratamiento de las informaciones espaciales.
Revalorizando al niño y a su familia.
Rol de guía.
Proceso de evaluación
Entrevista a los padres y profesores para obtener información acerca del nivel de funcionalidad del niño y su desarrollo temprano. Un historial sensorial puede ser funcional
Observación de su desempeño en el salón de clases.
Observación no-estandarizada del comportamiento neuromotor.
Evaluación del desempeño en tareas estandarizadas:
Sensory Integration and Praxis Tests (SIPT), Ayres 1989
Bruininks-Oseretsky
Test of Motor Proficiency, 1978
Miller Assessment for Preschoolers, Miller 1988
Movement Assessment Battery for children (Henderson & Sugden)
Developmental Test of visual-motor integration (Beery)
Motor Free Visual Perceptual Test – revised
Test of Visual Perceptual Skills (Gardner) Sensory Profile (Winnie Dunn)
El tratamiento desde la terapia ocupacional se basa en crear un ambiente que ofrece los desafíos apropiados para que el pequeño desarrolle sus habilidades práxicas, abarcando los diferentes niveles sensoriales. Es importante cubrir estas necesidades en el infante, no sólo por las dificultades en el planteamiento motor que existen, sino también por la repercusión que puede llegar a existir a nivel emocional. Esta percepción débil de la propia identidad física puede provocar fuertes sentimientos emocionales de fragilidad y su sentimiento de inseguridad puede aumentar cuando percibe que otros niños/as consiguen hacer con éxito cosas que a él/ella se le resisten.
En función de la intensidad del problema y de los medios de compensación puestos en marcha espontáneamente por el niño, las repercusiones funcionales y psicológicas serán más o menos visibles. La forma de trabajo propuesta por el terapeuta ocupacional no hará desaparecer el problema, pero permitirá al niño poner en marcha estrategias de compensación. Además, el rol de guía tanto a nivel familiar que escolar es indispensable para adaptar las exigencias y proponer la planificación pedagógica a seguir en la vida diaria de la manera más autónoma e independiente posible.
BibliografÍa:
Anita C. Bundy, S. S. (2007). How Does Sensory Processing Dysfunction Affect Play? The American journal of occupational therapy, 201-208.
Antón, C. (s.f.). T.O. Terapia. Obtenido de Dispraxia o Trastorno de desarrollo de la coordinación (TDC): https://totterapia.com/dispraxia-o-trastorno-de-desarrollo-de-la-coordinacion-tdc/
Dyspraxia Foundation. (2015). Adult diagnosis of dyspraxia/Developmental Coordination Disorder (DCD). Obtenido de Adult diagnosis of dyspraxia/Developmental Coordination Disorder (DCD).
Gallardo, E. V. (2017). Dispraxia y rendimiento escolar: Problemas de aprendizaje desde el enfoque de la teoría de la integración sensorial. Fundación Salud Infantil, 54-57.
Hop Toys. (25 de febrero de 2019). Obtenido de Dispraxia y la terapia ocupacioanl: https://www.bloghoptoys.es/dispraxia-y-terapia-ocupacional/
Mimenza, O. C. (s.f.). Psicología y mente. Obtenido de Dispraxia: tipos, causas, síntomas y tratamiento: https://psicologiaymente.com/clinica/dispraxia
Patten, N. (2013). Dyspraxia from an Occupational Therapy perspective. Dyspraxia Foundation.
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