En patologías reumáticas la inflamación, la debilidad muscular y la inestabilidad articular pueden llevar a que algunas tareas cotidianas resulten muy perjudiciales. Cuando se presenta dolor durante la ejecución de las actividades de la vida diaria (AVD) se modifica adquiriendo movimientos o posturas antiálgicas nocivas que agravan la patología articular. Por lo que la intervención del terapeuta ocupacional en estos casos es instruir al paciente en el manejo de los utensilios que emplea en su vida cotidiana. Y para ello se emplea la protección articular, que tiene el fin de conservar la integridad de las estructuras articulares y disminuir riesgo de deformidades. Consiste en reducir el dolor, la inflamación y las cargas articulares tanto internas (fuerzas de compresión muscular) como externas (presión creada por el levantamiento de objetos pesados). El terapeuta ocupacional se encarga de modificar los patrones de movimiento y el uso de dispositivos de ayuda.
Cada individuo posee intereses distintos y presentaciones clínicas diferentes, por lo que el terapeuta y el paciente en conjunto investigarán qué actividades pueden agravar el dolor o la deformidad para que el profesional de salud pueda diseñar y utilizar estrategias sobre los movimientos compensatorios que tengan como efecto la realización de las tareas sin sobrecarga articular, introduciendo alguna ayuda técnica o modificando la postura de manipulación o enseñando formas de manipulación y posturas que alivien y no agraven el cuadro patológico.
Una forma de identificar las actividades que deberán modificarse se puede hacer de dos formas:
Informal: el usuario dedica tiempo a percibir el dolor en días seleccionados y durante determinadas actividades.
Formal: llevando un registro de las actividades y los niveles de dolor/cansancio durante un día de la semana laboral o en día cotidiano y un día del fin de semana o diferente.
Principios de la protección articular
Distribución de la carga entre varias articulaciones, debiendo utilizar la mayor superficie posibles de las manos:
Uso de las palmas de ambas manos y dedos en extensión para transportar bandejas, jarras, platos, etc.
Empleo de ambas manos para levantar objetos con mangos como bateas, teteras y jarras. La muñeca del miembro que sujeta el mango se debe mantener en extensión (si es posible) o en posición neutra y el peso del objeto se debe sostener con la palma de la otra mano.
1. Uso de articulaciones más grandes y fuertes (cuanto más fuerte una articulación, más capaz será de tolerar una determinada carga):
Uso de la cadera para cerrar cajones o puertas.
Empleo de la palma de la mano o el lado del puño para empujar un tapón, en vez de sujetarlo con las puntas de los dedos.
Levantar las bolsas y otros artículos grandes con los antebrazos y el tronco, sosteniendo el peso cerca del tronco.
Transportar las bolsas sobre el hombre o el antebrazo.
2. Utilización de las articulaciones en sus posiciones más estables y funcionales: la mayoría de las articulaciones son más estables en posición de alineación recta, proporciona mayor eficacia de los músculos y un brazo de palanca más largo durante la realización de actividades. Las posiciones en flexión o desviadas y la aplicación de fuerza rotacional durante la actividad, aumentan la tensión aplicada a los ligamentos.
En posición de descanso en posición sedente, los pies deben apoyarse planos y orientados hacia delante, con una postura vertical recta que evite torcer las rodillas.
La muñeca se debe mantener en extensión durante el levantamiento y la presión, para aumentar al máximo la fuerza de sujeción.
El paciente debe aprender las técnicas correctas para levantar objetos pesados.
Evitar movimientos de flexión de muñeca como en actividades de lavar, barrer, trapear, etc.
3. Reducción del esfuerzo. Si se utiliza menos fuerza muscular para realizar las tareas diarias, disminuirán las tensiones internas en las articulaciones.
Utilización de dispositivos de ayuda
Utensilios ahorradores de trabajo, como procesadores de alimentos, lavaplatos, secadoras, lavadoras de ropa, herramientas de peso ligero
Empleo de palancas como mangos prolongados
Evitar el levantamiento y transporte de objetos pesados mediante el uso de dispositivos con ruedas o deslizarlos sobre el suelo.
4. Evitar las posiciones favorecedoras de deformidad: se deben evitar las cargas que contribuyen a los patrones de deformidad comunes.
Uso de fuerza intensa, función de pinza y presión en trípode, que favorecen la subluxación anterior de las articulaciones metacarpofalángicas y presión intensa que favorece las deformidades de las articulaciones interfalángicas.
Los movimientos de giro de los dedos favorecen la desviación cubital. Se debe emplear la palma de la mano para girar las tapaderas y abrir los frascos con los dedos rectos.
El levantamiento de objetos pesados con la muñeca flexionada, favorece la subluxación anterior de la articulación. La muñeca debe permanecer extendida o en posición neutra.
Aspectos importantes a considerar en la protección articular
Dispositivos de ayuda
El uso de dispositivos de ayuda reduce el dolor durante la actividad. Sin embargo, antes de aconsejar el uso de un dispositivo de ayuda, se debe considerar la actitud del paciente hacia el dispositivo y la probabilidad de que lo emplee. Se debe de tener cuidado para aconsejar los dispositivos más apropiados en cada caso e introducirlos de forma gradual, con el fin de que el paciente puede acostumbrarse a su uso.
Reposo
Las articulaciones dolorosas con inflamación aguda necesitan reposo. Sin embargo, el reposo prolongado puede tener efectos perjudiciales con una pérdida de un 3% de la fuerza muscular cada día. El encamamiento o reposo total en medida de lo posible no se debe aconsejar y la pauta del reposo se debe acompañar de un programa de cuidados y ejercicio regular controlado para evitar otras complicaciones.
Posición correcta
Se debe suministrar consejo sobre las posturas correctas en las diferentes actividades del paciente, procurando la correcta alineación y así evitar la sobrecarga tanto articular como muscular.
Higiene del sueño
Se debe procurar el buen descanso, para ayudar a disminuir el estrés de las articulaciones. Para ello se puede emplear ropa de cama fácil de manejar y valorar el uso de dispositivos de ayuda nocturnos. En los pacientes con rigidez matutina, se puede procurar tomar la medicación antes de levantarse hasta que los fármacos empiecen a hacer efecto (valorar en cuanto a la forma de administración del medicamento).
REFERENCIAS
Chapinal, A. (2003). Rehabilitación de las manos con artritis y artrosis en Terapia Ocupacional.
Turner, A. & et al. (2003). Terapia Ocupacional y disfunción física: principios, técnicas y práctica. España: Elsevier.
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