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Sexualidad y síndrome de Down


P.T.O Ingrid Betzabe Mota Heras


El temor a hablar de sexualidad con las personas con discapacidad intelectual tiene como consecuencia una importante falta de información que afecta tanto a la práctica sexual como a la hora de enfrentarse o evitar situaciones de abuso.

La vida afectiva y sexual de las personas con síndrome de Down está sometida a una serie de mitos, y prejuicios; lo cual no debería de ser así porque la sexualidad de la persona con síndrome de Down es sexualidad humana, no es una sexualidad especial.



¿REHABILITAR O HABILITAR?

Como dice Darío Ianes: Rehabilitar supone centrar la atención en la parte enferma de una persona, en la parte que necesita ser reparada.

Mientras que habilitar quiere decir prestar atención a las habilidades y potencialidades.

Hay que alentar al adolescente con discapacidad a que se muestre, y se manifieste, en la medida en que le sea posible, que transmita sus inquietudes y experiencias para ayudarle a prepararse y entender la práctica sexual.


Como terapeuta ocupacional abordamos el tema de sexualidad de manera global es decir:


-Explicando que tocarse no es malo pero debe de realizarlo en un lugar privado.

-En la actividad de baño y ducha debe de comprender que no pueden tocar sus partes intimas. Por ello es necesario enseñarle con actividades preparatorias como lo puede realizar para depender lo menos posible de alguien.

-Las actividades de vestido y desvestido se deben de realizar en un lugar privado siendo necesario explicar que no puede estar quitándose la ropa en frente de otras personas.

-En las actividades instrumentales se pueden realizar materiales para recordar los días en que deben de tomar anticonceptivos orales o la aplicación de alguna inyección u otro método según sea el caso.


-En las actividades de higiene hay que recordarle que siempre debe de estar limpio.

-En el cuidado personal, hay que explicar cómo podría arreglarse para sentirse atractiva/o.

-Realizar o enseñar el uso de ayudas técnicas para facilitar la actividad sexual.



Si no se trabaja adecuadamente, la persona con síndrome de Down no incorpora el concepto de intimidad y no tiene ningún pudor en mostrar su cuerpo o en hablar de él, en situaciones que tendrían que ser íntimas o que manifiestan su sexualidad en lugares poco adecuados .

Ejemplo:

-Que se desvista para enseñar una cicatriz

-Contestar a preguntas íntimas realizadas por cualquier persona de su entorno, cuyo objetivo es la simple curiosidad ( a veces morbosa).


Preservar la intimidad es un ejercicio que no sólo previene los posibles abusos, sino que estructura y enriquece a la persona que toma conciencia de su yo corporal, de la importancia del cuerpo y del respeto a sí mismo y a los demás.




Reproducción y anticoncepción


Cuando una pareja con discapacidad tiene relaciones sexuales, hay que abordar con ella el tema de la anticoncepción ya que conocer los diferentes métodos permite elegir el más adecuado para las características personales de la pareja, su grado de discapacidad y sus habilidades cognitivas.


Ejemplo: -Los métodos de barrera (preservativo) no son los más adecuados ya que precisan de capacidad de iniciativa y destreza manual del usuario.


-El dispositivo intrauterino es más recomendable, siempre bajo estricto control médico; su efectividad es alta y no requiere ningún esfuerzo por parte de la persona.

-Los métodos hormonales (la píldora anticonceptiva) son eficaces y cómodos, aunque presentan efectos secundarios en mujeres con problemas circulatorios o diabetes y además existe el riesgo de que se olvide de tomarla.


-Inyección mensual o trimestral sin olvidarse de los controles periódicos.


La mayoría de las veces lo que impide hablar de sexualidad con una persona con discapacidad, es el hecho de verla siempre pequeña. Al infantilizarla no la creemos capaz de tener que expresar su sexualidad; actualmente, la sexualidad de las personas con síndrome de Down sigue siendo, para muchos un tema cargado de falsedades, cuyo objetivo es evitar la práctica sexual.


Referencias:

Garvia,B.(2011).Sindrome de down relaciones afectivas y sexualidad. Barcelona

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