Frida Victoria Sotelo Ruiz
Actualización: abril 2020
¨Esa semilla que crees ínfima contiene un árbol que contiene un bosque¨ (Alejandro Jodorowsky)
Como la semilla crece al árbol, los niños y la juventud del ahora serán los que construirán el futuro, pero no solo eso, sino también el presente y es por ello que es necesario que tengan las oportunidades de satisfacer y desarrollar sus capacidades, explotarlas al máximo, siguiendo su ritmo por supuesto. Es un proceso que va de la mano de la formación y adquisición de valores que permitan la organización de comunidades sustentables.
¨El futuro de los niños será siempre hoy. Mañana será tarde¨ (Gabriela Mistral)
En la actualidad, estos centros de desarrollo de valores, como son la familia, principalmente se han visto afectados por rupturas, violencia, marginación y desprotección social, limitando la formación de valores en el individuo.
Con el tiempo, el joven busca su identidad y reconocimiento en subgrupos de personas para satisfacer sus necesidades, estableciendo normas de comportamiento no necesariamente correctas, pero sí naturales según la edad en la que se encuentre debido a los cambios físicos y emocionales que enfrenta.
Sin embargo, cuando el joven se encuentra en un desequilibrio considerable en sus esferas de desarrollo, es cuando entra la posibilidad de caer en el delito. La infracción juvenil se relaciona con la amplia red de actividades ilegales organizadas por los adultos, que vinculan al joven a diversos delitos, presentándose acciones en contra de la vida, integridad personal y contra el patrimonio económico. Y es por eso que la infracción juvenil no debe estudiarse desde una perspectiva de acción individual, sino como un fenómeno que se construye socialmente.
La familia
La familia, como se menciono anteriormente es el núcleo de formación del joven y su daño puede repercutir de manera importante en el desarrollo del individuo ya que se ve limitada la capacidad de satisfacer sus necesidades básicas, emocionales y materiales. Entre las principales manifestaciones de este quiebre se encuentran:
Maltrato
Abandono
Ausencia de figura de autoridad
Modelos de comportamiento delincuente
Ámbito laboral
El factor pobreza lleva a distintas variantes en las que todos los integrantes de la familia tienen que trabajar incluyendo en ocasiones a niños que por ende abandonan la escuela. El problema se agrava cuando el niño no encuentra un trabajo digno y bien remunerado debido a su edad y falta de escolaridad, ya que esto fácilmente los dirigir a una vida con desocupación productiva e incluso a la vagancia, vinculada con el comienzo de la actividad delictiva.
Además, el consumo de sustancias psico adictivas (SPA) se ve estrechamente relacionado con este sector (90%), entre los que se encuentra el consumo de marihuana, bazuco, cocaína, entre otros, que hacen necesaria la implementación de políticas preventivas y de rehabilitación.
Antes de la llegada del mejor a un centro penitenciario institucionalizado especializado este es sancionado por diferentes medidas establecidas por la ley:
Amonestación tanto al menor como al tutor.
Imposición de reglas de conducta mediante obligaciones y prohibiciones especificas
Libertad asistida que consiste en el cumplimiento de conductas determinadas, así como la asistencia a centros especializados en la reeducación de la población joven no institucionalizada.
Ubicación institucional aplicada a menores cuya estancia en su medio familiar o social no sea favorable.
Proceso de atención integral al menor infractor
De acuerdo con el Código Menor ente consta de las siguientes fases:
Recepción: Conducción del menor al centro especializado a disposición del juez.
Observación: Medida provisional para el estudio y análisis de la situación personal, familiar y social del menor con el fin de establecer un diagnóstico sobre su personalidad y situación.
Tratamiento: Este puede realizarse intra o extra institucionalmente de acuerdo a la decisión del juez y el diagnóstico obtenido. Este debe confrontar al joven con su realidad social y cultural con el objetivo de promover cambios actitudinales limitantes, identificar sus intereses, motivaciones, posibilidades y oportunidades.
Medios de intervención
El proceso de atención integral debe ser enriquecido con medios y ambientes, buscando la satisfacción de sus necesidades y la potencialización de sus capacidades. Este debe incluir:
Ambiente formativo: Procesos que fomenten la autodisciplina, la responsabilidad, el compromiso, la aceptación de reglas y normas de convivencia social y la introyección de límites.
Ambiente terapéutico: Favorece el cumplimiento de los objetivos relacionados con la aceptan del entorno.
Ambiente lúdico: Contempla espacios para el desarrollo personal mediante actividades lúdicas que lleven a la reflexión sobre la realidad personal y social, permitiendo el aprendizaje de normas de convivencia.
Ambiente evaluativo: Proceso constante de retroalimentación y los medios utilizados mediante la evaluación y el seguimiento continuo.
Intervención de la Terapia Ocupacional
La Ley 949 de 2005, que regula la terapia ocupacional en Colombia, define como uno de sus campos de ejercicio el sector justicia. Según el artículo 3, el profesional podrá ejercer en:
“[…] programas de rehabilitación y resocialización de poblaciones vulnerables, cualificando el desempeño ocupacional y facilitando la participación, movilización y organización social, a fin de promover conductas adaptativas y participativas de las personas comprometidas. Dada su competencia profesional está capacitado para emitir dictámenes periciales cuando quiera que le sean solicitados dentro del orden jurisdiccional”
Este sector constituye en gran parte a una población marginada y estigmatizada por lo que la intervención debe basarse en los hallazgos de la ocupación, para facilitar los procesos que se encuentren deteriorados o en riesgo.
Alteraciones en los subsistemas de la ocupación humana:
Volición: Sus valores se encuentran generalmente determinadas por grupos de amigos y su control actitudinal depende del mundo externo (no lo percibe como una responsabilidad personal). Sus intereses se relacionan con la búsqueda continua de actividades placenteras, del agrado de grupos de amigos, subvalorando el trabajo productivo con metas a largo plazo. Además, se presentan dificultades para la identificación de habilidades y capacidades personales.
Habituación: Se presenta una inadecuada utilización del tiempo, dificultando el establecimiento y seguimiento de rutinas. Presentándose, por lo tanto, un desequilibrio ocupacional. Cabe recalcar que los patrones de comportamiento y roles son un reflejo de las normas de los subgrupos a los que pertenece, observándose dificultades en la convivencia con otros en el medio y desinterés por asumir roles sociales.
Ejecución: Las habilidades motoras se ven afectadas por patrones posturales inadecuados que interfieren con la realización de tareas, se presentan alteraciones en las habilidades motoras finas. La marcha se ve caracterizada por la presencia de modismos. Se presentan descargas motoras constantes, manifestaciones de inquietud, manejo espacial y movimientos bruscos. En lo que concierne a habilidades del desempeño se presentan dificultades en la atención y permanencia en las tareas complejas, así como para la planeación de actividades y procesos de toma de decisiones. Las habilidades de comunicación e interacción se alteran por las denominadas jergas, que buscan consolidar el grupo social y excluir a las personas que consideran aptas.
Remitiéndonos a la filosofía y área de conocimiento de la terapia ocupacional, podremos observar que esta disciplina reúne los conocimientos sobre el ser humano, sus discapacidades y sobre el proceso ocupacional de tal modo que le permita llevar a cabo el trabajo terapéutico con este sector.
La intervención terapéutica se debe llevar a cabo mediante técnicas individuales y grupales utilizando al grupo como vehículo de cambio y, en medida de lo posible, el trabajo de debe trasladar al contexto social extra penitenciario del menor, de tal modo que generalice la recuperación personal también en ese ámbito, dado que en algún momento este tendrá de volver ahí. Por ello es importante y conveniente trabajar con y en el entorno físico y social normalizado (lugar de residencia, familia, vivienda, etc.)
La intervención del terapeuta ocupacional se debe adaptar según la fase en la que se encuentre el menor infractor de acuerdo a las fases ya establecidas anteriormente.
Recepción: (5 días) Primer acercamiento, inicia la exploración ocupacional mediante la observación comportamental del individuo, comienza la realización de actividades lúdicas y la creación de espacios de confianza.
Observación: (60 días): Realización del perfil ocupacional y el establecimiento de un concepto ocupacional, enfatizando en los intereses del joven, para plantear actividades que satisfagan sus necesidades y potencialicen sus capacidades.
Tratamiento: (6 meses a 3 años) Se realiza una intervención mas profunda, en la cual se enfatiza la orientación prevocacional-vocacional y actividades de reeducación que faciliten la reincorporación del menor a su ambiente social, previniendo la reincidencia a actos delictivos.
Es importante que en todo momento se fortalezcan los espacios de confianza mediante una adecuada relación empática que permita una observación del nivel de interiorización a los diferentes roles que desempeña el joven, sus intereses y expectativas al regresar a ambiente cotidiano.
La terapia ocupacional facilita la estructuración de un estilo de vida y rutina diaria de acuerdo a la norma social (intra y extra penitenciaria) y a la realización personal del interno como sujeto individual y social.
Para garantizar la efectividad del proceso de rehabilitación se debe realizar un trabajo interdisciplinario a nivel tanto intra e interinstitucional como comunitario.
¨Si estuvieran planeando el futuro por un año, planten una semilla; para diez años, planten un árbol, más sí planearan para cien años, eduquen a los niños¨(Confucio)
BibliografÍa:
Aguilera, M. R. (2009). Terapia ocupacional en el ámbito penitenciario. Terapia Ocupacional Galicia, 346-351.
Humana, O. (2000). Terapia Ocupacional y el menor de edad infractor. Ana María Gómez G. Anamaría Hernendez R., 9-23.
Sarmiento, A. M. (2017). El terapeuta ocupacional en el ámbito penitenciario colombiano. Revista de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia, 81-88.
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